
Me pierdo en ese ir y venir de debo-tengo-que hacer-es preciso-es ineludible-denso/lourde-inevitable. Mi cotidiano necesario. Soledad de viajera, de nómada... que atisba en la lejanía a ese otro marinero en tierra que también se deja ir diciendo.
Quiero llenarme de algas y peces de sabor oscuro, salado y profundo. Añoro la fijeza del ancla y vuelvo a desearme un sueño largo preñado de buenos augurios, mientras el silencio me habita y sólo puedo esperar cubrirme con músicas, con todas las músicas.... y sus silencios.
Esperame al otro lado, buscame mientras navego, dime adios cuando pase a tu lado.
Yo te quise...