
Ahora que me he ido, que me estoy yendo me habita la pena de saber que ni siquiera va a interesarte mirarme desde la distancia, seguirme de vez en cuando, averiguar de mis andanzas... Estoy triste porque hubiera deseado validar mi pertenencia, poder saludarte al paso por los puertos, a lo lejos lanzando los sonidos de las sirenas o ponernos a la par en un momento de la navegación... disfrutando de otros navegantes.
Quisiera como Anne Deveraux recalar en una playa y pasear por ella reflexionando y contándonos confidencias... Oh!! franchute. encore, je besoin à toi. Creo que no voy a renunciar, me creceré en la persistencia.
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