DOMINGO

Ayer la realidad me llamó y anduve visitándola. Viaje en autobús, calor, conversaciones largas y de mirarse a los ojos o de desviar la vista, la verdad nos daba pudor. A veces nos vemos tanto por dentro que nos da vértigo... Hace tiempo que no le damos importancia a estas cosas, pasamos por ellas como si no ocurrieran, sabemos que nuestra amistad no es cuestionable.

Finalmente encontramos la casa, después de un gran paseo y de una parada para comer, en el restaurante encontramos a un ángel, una mujer joven, afectuosa, expresiva y lo suficientemente inocente como para ser atrevida, casi irrespetuosa. jajaja!!! Pero qué enorme placer sentir esa tierna frescura en las relaciones. Ya en al casa, tenían preparado todo, los micros, la batería estaba colocada, se lo habían currado bien... El cartel, al fondo, enmarcando el pequeño escenario improvisado "FLOJOS DE PANTALON" y....Viva el rock'nroll!!!

Después maniobras de acercamiento, afecto y algo de timidez contenida, de esa timidez de adultos que nos mantiene en el límite a la espera del avance del otro, una especie de partido tenis, pero mucho más divertido porque jugamos con palabras, con gestos, con miradas... y casi siempre queremos empatar. Empaté, genial, creo que hice un acercamiento, o dos, para poder seguir jugando, no hay que desentrenarse.La vuelta divertida, esta vez eramos cuatro y viajabamos en coche, no está mal, aunque yo prefiero ser más independiente. Luego un gran paseo por la gran ciudad antes de volver a casa, sin decirnos nada disfrubamos de la satisfacción de lo compartido... Hacía años que lo cotidiano no nos dejaba reencontrarnos.

En casa me di cuenta de que no había dejado de pensar en tí, en vosotros, en todas las cosas que tenemos en común, sin siquiera habernos visto, el rostro, claro. Sentí que os quiero como amigos y que no sé como haceroslo llegar... Esta vez la pelota se ha quedado, en parte, en el aire. No sé si por la virtualidad, seguramente sí, o por la imposibilidad de mirada a los ojos, de frente, haciendo presencia... Igual os quiero, te quiero... aunque tu nunca sepas la verdadera dimensión de mi afecto.