
Quisiera poder estar serena como siempre para darme mi tiempo y esperar, pero algo se me rebela por dentro. Se me rebelan los afectos a los que no se les quiere dar su lugar, las alegrías sin poderse expresar, los amores tibios, los amores no correspondidos, los amores olvidados... y se me enfrentan a este sentimiento de pertenencia al género humano que no sé donde poner y que en estos momentos se concreta en mi cariño a aquellos con los que he tenido un instante de hilo de plata... Aquí y allí. Se me rebelan, se vuelven negros, oscuros, adictivos, insaciables y se transforman en rabia ("la rabia ¡coño! paciencia, paciencia...") No es la primera vez, pero me costaba entender las dos caras de la moneda, ésto me ocurría con frecuencia cuando estudiaba, me ha costado años poder manejarlo para ayudar a los otros, ahora no es que lo comprenda, es que de nuevo me está pasando... si logro digerirlo, si consigo darlo la vuelta, si logro explicarlo, lo habré vencido.
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