

No sé por qué me empeño en seguir cerca de tí, o tal vez no sé por qué te escucho cuando me hablas, te respondo, me animo y hablo y hablo y me lleno de deseo. Luego vuelvo de nuevo a mi ser y me encuentro sola en el puente con el mar rugiendo y el viento húmedo azotando mi cara, solo me consuela su inmensidad que me abre a la lejanía y me la acerca. Pero quedo desolada, todos mis secretos sin lugar, sin destino, perdidos, embarrancados, sin poder fluir, completamente baldíos como mi empeño. Debo distanciarme, hacer sentir mi ausencia, dejar que el transcurrir teja los hilos de lo que venga... Laissez Faire, aurevoir. je m'en vais...
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