Quand le méfiance nous attaque

Hay veces en que la desconfianza nos alcanza y ya no hay forma posible de conexión, por la razón que sea alguien deja de confiar en tí o tu dejas de confiar en ese alguien y recuperar ese hilo invisible que, a veces nos une, se hace imposible.
Resulta doloroso tener que separarse, pero cuando compruebas ésto, es la mejor alternativa "Prefiero decirte adios a tenerte presente y no reconocerte", esa sería la conclusión.
A veces, entran por medio los juegos de poder y, después de que se ha estado pidiendo atencíón a tus palabras, a tus gestos (no del otro lado, o tal vez allí otro tipo de gestos) a tu forma de expresar cierta desazón, ocurre que en el momento exacto en que dices "adios", hay una reacción positiva, de intentar recuperar... Si te ablandas, verás que al día siguiente ya no estás en la lista de amigos, se trata de quien toma la iniciativa, y en los juegos de poder nunca la debe tomar el otro. Así, siempre hay que mantenerse en posición de dejar, no de ser dejado.
También puede ocurrir que se haya llegado a un punto en que la relación necesita un paso más allá. un balanceo entre aquí y allí, entre este lado y el otro... Entonces se hace necesario un criterio unánime, un crear otro espacio propio, personal, diferente al resto (Uff!! Qué difícil!!) Dicen que la valentía tiene que ver con aceptar estos retos, a pesar del miedo. Aunque este estilo es más del terreno del amor que del terreno de la amistad.
Ayer borré de mi lista a un amigo y le dije que lo hacía sabiendo que había sido un buen amigo, pero me ha agarrado el punto de desconfianza, me duele, me duele mucho, quiero a mi amigo y aún así, me dí cuenta de que él no me escucha, no pretende entender mis razones, conocerme en el transcurso... Él decidió hace tiempo, como soy yo y sólo me mira a través de sus gafas, ni siquiera pretende que yo pueda mirar a través de ellas, está decidido el color de antemano... Lo siento mi querido amigo pero yo necesito intercambiar las gafas, es una necesidad vital para mí, es como el aire que respiro, indispensable para sentirme activa, libre y plena, indispensable para prevenir reproches. Aún así, sé todo lo que me has apoyado y lo agradezco enormemente, no sólo eso te guardo en mi corazón. Pero no me preguntes, por qué yo siento que no estás de mi lado. Es posible que te parezca injusto o inadecuado, pero me ocurre y no me siento orgullosa de ello. He decidido, al menos por el momento, no plegarme a posiciones condescendientes aunque sean afectuosas. Vuelvo a la navegación solitaria excepto en la coincidencia con quien puede verme, también con otras gafas, y oir mis pensamientos.
Resulta doloroso tener que separarse, pero cuando compruebas ésto, es la mejor alternativa "Prefiero decirte adios a tenerte presente y no reconocerte", esa sería la conclusión.
A veces, entran por medio los juegos de poder y, después de que se ha estado pidiendo atencíón a tus palabras, a tus gestos (no del otro lado, o tal vez allí otro tipo de gestos) a tu forma de expresar cierta desazón, ocurre que en el momento exacto en que dices "adios", hay una reacción positiva, de intentar recuperar... Si te ablandas, verás que al día siguiente ya no estás en la lista de amigos, se trata de quien toma la iniciativa, y en los juegos de poder nunca la debe tomar el otro. Así, siempre hay que mantenerse en posición de dejar, no de ser dejado.
También puede ocurrir que se haya llegado a un punto en que la relación necesita un paso más allá. un balanceo entre aquí y allí, entre este lado y el otro... Entonces se hace necesario un criterio unánime, un crear otro espacio propio, personal, diferente al resto (Uff!! Qué difícil!!) Dicen que la valentía tiene que ver con aceptar estos retos, a pesar del miedo. Aunque este estilo es más del terreno del amor que del terreno de la amistad.
Ayer borré de mi lista a un amigo y le dije que lo hacía sabiendo que había sido un buen amigo, pero me ha agarrado el punto de desconfianza, me duele, me duele mucho, quiero a mi amigo y aún así, me dí cuenta de que él no me escucha, no pretende entender mis razones, conocerme en el transcurso... Él decidió hace tiempo, como soy yo y sólo me mira a través de sus gafas, ni siquiera pretende que yo pueda mirar a través de ellas, está decidido el color de antemano... Lo siento mi querido amigo pero yo necesito intercambiar las gafas, es una necesidad vital para mí, es como el aire que respiro, indispensable para sentirme activa, libre y plena, indispensable para prevenir reproches. Aún así, sé todo lo que me has apoyado y lo agradezco enormemente, no sólo eso te guardo en mi corazón. Pero no me preguntes, por qué yo siento que no estás de mi lado. Es posible que te parezca injusto o inadecuado, pero me ocurre y no me siento orgullosa de ello. He decidido, al menos por el momento, no plegarme a posiciones condescendientes aunque sean afectuosas. Vuelvo a la navegación solitaria excepto en la coincidencia con quien puede verme, también con otras gafas, y oir mis pensamientos.
2 comentarios:
Lo leo con la sensación, la extraña sensación, de experimentar muy de cerca lo que estás diciendo.
:(
Al menos, al coincidir, la navegación se hace menos solitaria...
Un beso Miguel
Publicar un comentario